Daniel Petric disparó contra sus padres (matando a su madre) porque no le dieron permiso de jugar el violento videojuego Halo 3.
En el mes de septiembre del 2007, Daniel, entonces de 16 años, se escabulló a través de la ventana de su habitación para comprar el juego en una tienda contra los deseos de su padre. Cuando regresó a casa, sus padres descubrieron el juego y se lo quitaron. Su padre, Mark Petric, ministro de una iglesia, puso el juego en un cajón con llave donde guardaba también una pistola de 9mm.
Un mes después, el 20 de octubre del 2007, Daniel usó la llave de su padre para abrir el cajón y sacar de él tanto el arma como el juego. El chico disparó a sus padres, matando a su madre e hiriendo gravemente a su padre. Mientras su padre yacía en el suelo, Daniel intentó poner la pistola en la mano de aquél.
Daniel escapó en el momento en que su hermana y el esposo de ésta llegaban a la casa.
El día que Daniel disparó contra sus padres, les dijo que cerraran los ojos, que tenía una sorpresa para ellos. Ambos obedecieron, y Daniel disparó contra sus madre, matándola instantáneamente y contra su padre, hiriéndolo gravemente. Mientras la sangre salía a borbotones de la herida que tenía en la cabeza, Mark se dio cuenta que su esposa estaba muerta, con disparos en la cabeza, los brazos y el pecho.
Petric dijo que Daniel puso la pistola en su mano diciendo: “Hey, Papá, aquí está tu pistola, Tómala”.
Mark Petric sobrevivió sólo porque en ése preciso momento llegaron su hija y su yerno a la casa para ver un partido de beisbol, y que escuchó a Daniel decirles que no podían entrar a la casa, porque sus padres estaban teniendo una grave riña.
La pareja, Heidi y Andrew Archer, testificaron que escucharon gemidos que provenían del interior de la casa, y que decían sus nombres, así que se abrieron camino hasta la puerta de la entrada y vieron el horrendo espectáculo. Mark Petric, a pesar de tener la mandíbula parcialmente destrozada, les dijo que Daniel les había disparado.
Heidi llamó al 911 y entonces se dieron cuenta de que Daniel había tomado la pistola, pero Andrew, el esposo de Heidi, se la quitó. El chico salió huyendo de la casa y se alejó en el automóvil de la familia, pero fue apresado por la policía de Wellington poco después. Cuando lo capturaron, tenía aún el juego (Halo 3) con él.
Daniel mostró poca o ninguna emoción durante el juicio excepto cuando las fotografías de la autopsia de su madre fueron mostradas en una gran pantalla. Inclinó la cabeza y se miró las manos durante los 20 minutos que duró la exhibición de las fotografías.
A Mark Petric se le permitió visitar a su hijo en la cárcel, y cuando lo hizo el chico se disculpó diciendo que estaba muy arrepentido por lo que les había hecho a su madre y a él, y que se alegraba de que Mark hubiera sobrevivido.
Heidi, la hermana de Daniel, dijo que la familia le había perdonado y que querían que volviera a casa porque la familia no podría sanar hasta que estuviera junta de nuevo.
El abogado de Daniel, en defensa de éste, dijo que el muchacho había estado bajo gran estrés en aquél entonces, pues había sufrido un accidente al estar esquiando en la nieve que se complicó con una severa infección, y que su columna vertebral había quedado tan lastimada que podía quedar paralizado en cualquier momento.
Debido a todo esto, Daniel permaneció en casa durante un año sin nada más que hacer sino ver televisión y jugar videojuegos. Fue durante aquél tiempo que quedó fascinado con los juegos de Halo y los jugaba por horas en las casas de sus amigos, pero que su padre prohibió que lo comprara diciendo que era demasiado violento y sexualmente explícito.
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